Déficit de vitamina D: ¿te podría pasar a ti?
Los síntomas del déficit de vitamina D, (lo que también se conoce como «tener la vitamina D baja») son a menudo imprecisos: incluyen fatiga, falta de energía en general y dolor óseo y muscular. Durante el invierno, hay muchas personas que sufren los síntomas anteriores sin saber que pueden prevenir su aparición con un complemento diario de vitamina D.
El déficit de vitamina D conduce a la osteoporosis
Obtener vitamina D es vital para tu cuerpo y para tu salud. La vitamina D contribuye a mantener una buena salud intestinal y ayuda a tu cuerpo a absorber el calcio que consumes. Sin una ingesta adecuada de vitamina D y calcio, los huesos y los dientes se deterioran. Sin embargo, no hay razón para esperar hasta tener una edad avanzada para prevenir la osteoporosis. El cuerpo debería irse preparando desde la más tierna infancia.
Signos y síntomas del déficit de vitamina D
Como ya se ha mencionado, los síntomas de que una persona tiene la vitamina D baja son a menudo imprecisos. La única forma de detectar que tenemos la vitamina D baja es un análisis de sangre en la consulta del médico. ¿Te preocupa este particular? Puede que sea bueno que lo comentes con tu médico durante la próxima visita. Sin embargo, recargar tus niveles de vitamina D es relativamente sencillo:
1- Ingerir alimentos ricos en vitamina D
En primer lugar, tienes que comer alimentos que sean ricos en vitamina D. Dado que no hay demasiados, deberían ser fáciles de recordar: el pescado azul (arenques, caballa, salmón, trucha y sardinas) constituyen una de las mejores fuentes, seguidos de la yema de huevo y las huevas de pescado. Hay margarinas y algunos tipos de leche que contienen vitamina D añadida, aunque esta no es tan eficiente como la que se encuentra en el pescado y en el aceite de hígado de bacalao.
Los siguientes alimentos cubren la cantidad diaria necesaria de 10 microgramos de vitamina D recomendados por el Instituto Nacional de la Salud:
- 200 g de pescado azul (una lata normal de caballa con tomate contiene 120 g de caballa).
- 4 huevos cocidos.
- 1 cucharada de té de aceite de hígado de bacalao de Möller’s*.
2- El sol es un regalo de la naturaleza
En segundo lugar, disfruta de un poco de luz solar. Nuestros cuerpos están hechos de manera que la piel produce vitamina D cuando se expone a la luz del sol. Esta forma de vitamina D no funciona en los intestinos, pero se activa en los riñones y en el hígado. Deberías exponerte a la luz del sol de cinco a veinte minutos al día para minimizar el riesgo de tener la vitamina D baja, y sería ideal que te remangaras bien para exponerte lo máximo posible. Pero ten en cuenta que, a pesar de que el sol es vital para nosotros, una exposición excesiva sigue siendo perjudicial para la salud. En consecuencia, disfruta del sol con moderación y acuérdate siempre de utilizar protección solar con un SPF alto si vas a estar bajo el sol durante largos periodos de tiempo.
Déficit de vitamina D: un problema del clima
«En invierno es más fácil decirlo que hacerlo», podrías pensar. La razón principal por la cual mucha gente en el hemisferio norte muestra síntomas de tener la vitamina D baja es que los inviernos son más largos. Desde octubre hasta marzo, el sol en Reino Unido no es lo suficientemente fuerte como para activar la producción de vitamina D en la piel. La situación es todavía peor para quienes pasan muy poco tiempo al aire libre durante el día y cuya exposición a la luz solar es limitada.
Cómo evitar el déficit de vitamina D
Además de tomar un poco el sol siempre que sea posible, el Instituto Nacional de la Salud recomienda tomar complementos de vitamina D durante el otoño y el invierno. Concretamente, una dosis diaria de 10 microgramos.
*Los complementos no sustituyen una dieta equilibrada.