Omega-6: una importante fuente de energía
¿Qué son los ácidos grasos omega-6?
Los ácidos grasos omega-6 son un tipo de grasa poliinsaturada. Un consumo moderado de este, en lugar de grasas saturadas, tiene efectos positivos para nuestra salud.
Para un buen funcionamiento, nuestro cuerpo necesita ácidos grasos. Todos los ácidos grasos los puede producir nuestro cuerpo excepto dos, los ácidos linoleico y linolénico también llamados ácidos grasos esenciales. Estos se derivan de alimentos que contienen omega- y omega-3.
Propiedades y beneficios del omega-6, ¿para qué sirve?
El omega-6 se presenta en varias formas. El primero lugar tenemos el ácido linoleico, que lo encontramos en vegetales, es antiinflamatorio y es adecuado para prevenir la aparición de artritis y hemorragias, a parte de ser beneficioso también para el hígado y la próstata, y disminuir el riesgo de diabetes y enfermedad cardiovascular. Y en segundo lugar tenemos el ácido araquidónico, el cual mejora la salud de nuestra piel y ayuda a nuestro sistema inmunológico.
Contraindicaciones
Estos ácidos grasos han generado dudas durante mucho tiempo ya que los relaciona con procesos inflamatorios. Debido principalmente a que el ácido araquidónico es un potente inflamatorio. Sin embargo, dos estudios independientes recientes, el primero publicado en la revista «Circulation» y el segundo en «The Lancet», han determinado, en muestras de 69.000 y 40.000 personas respectivamente, que las personas con mayor consumo de linoleico tenían un 7 % menos de probabilidades de padecer enfermades cardiovasulares y un 22 % de que estas fueran graves. A la vez, tienen un 35 % menos de probabilidades de tener diabetes.
Alimentos ricos y otras fuentes
Los ácidos grasos omega-6 se encuentran en aceites vegetales como los de girasol, maíz y soja. Los frutos secos, las semillas, los cereales, los huevos, la carne de ave y algunos vegetales como los aguacates son también otras fuentes recomendables.
Omega-6 vs. omega-3
Tal y como hemos dicho, los aceites omega-6 y omega-3 ayudan a disfrutar de una función cardíaca normal. Sin embargo, es importante mantener un consumo equilibrado de estos dos aceites para beneficiarse de las propiedades de ambos. Aunque se sabe que los aceites omega-6 favorecen la inflamación, esto puede contrarrestarse con los efectos antiinflamatorios del omega-3.
El consumo de grasas de la mayoría de las personas en occidente hace que el aporte de omega-6 sea mayor que el de omega-3. Sin embargo, más que reducir el consumo de omega-6 es aconsejable aumentar el de omega-3. En consecuencia, el consumo de complementos alimenticios a base de omega-3 puro, como puede ser el aceite de hígado de bacalao, y no una combinación de omega-3 y omega-6, se considera la mejor opción para quienes deseen aumentar la ingesta de grasas saludables.
En resumen, la ingesta de omega-6 mediante una dieta saludable normal y la producción de omega-9 del propio cuerpo son suficientes. Por consiguiente, no es necesario ningún aporte adicional de dichos ácidos grasos mediante complementos alimenticios.